ACTO DE FE

Era la última posibilidad de la luz.
La embriaguez de los sentidos en el hondón de la vida.
Una mota de polvo sagrado en la piedra del sentido.
Treinta pájaros en busca del Simurg o en una llama.
El tenso soliloquio de una voz profunda en desbandada.
La posibilidad de la luz; el tiempo detenido.
La estrella que anuncia su caída; la estrella silenciada.
El poder de los ángeles sobre la tierra cansada.
La destrucción de una esfera.
La insumisión de los placeres celestes.
El interior desconocido de un monasterio.
La unión de los contrarios; la contradicción de un verso.
Y el viento que deshace la luz de la enramada,
la posibilidad de la luz, la luz de la palabra,
la desnortada ebriedad de un hombre que espera una llamada.

ADAGIO

LA CLANDESTINIDAD

Generosa tachadura de lo escrito.
Una prueba de vida en el umbral de los afectos.
Un callejón sin salida.
Insólito borrón que salda deudas, quiebra los cristales del sueño.
Ahora, en el límite de lo desconocido.
Ahora, en la cárcel del tiempo.
Yo soy otro; yo soy el que se oculta.
Yo soy el que camina de espaldas a la vida.
El dolor permanece, incólume, en las entrañas del duelo.
La belleza se impone, inhóspita, en silencio.

IN PARADISUM

LA FRAGILIDAD

«Algún día seré lo que yo quiero».
Mahmud Darwish


Cierro los ojos.
Observo la disposición de los sentidos,
el cristal empañado que impide las visiones,
el tacto inacabado que hace imposible los encuentros.
Sueño con emular un clamor de pájaros enmudecidos,
el sueño de un poeta, la calma de una sepultura.
Hay sueños que condenan al tiempo a la cadena del destino.
Nadie me llama por mi nombre.
Quiero llamarme por mi nombre.
Intento una última lectura: la densidad o la fortuna,
la voluntad o la ternura, la consistencia o el abismo.
Estoy dispuesto a abrazar la solemnidad del sacrificio.
Flamean banderas amarillas.
Cierro los ojos.
Cierro los ojos y miro.

PASSACAGLIA

LA EXTERIORIDAD

Apenas se sabe de la impureza de tu nombre,
de la amistad del cielo con la biografía del ocaso,
de los amores cansados del viento y la ceniza.
Orgullo de un libro que no verá la luz en esta vida,
umbral que necesita de tu nombre para escribir el libro,
calamidad del cálamo celeste que escribe en tu destino.
Umbral de la necesidad de un hombre en busca de sentido.
Un sólo gesto enfermo, sediento, al final de la aventura:
tu solidaridad con los dioses que cuidan de tu nombre,
de tu incapacidad para escapar de esta contingencia,
en el umbral del libro que acoge tu experiencia.

KALAAM

EXTRATERRITORIAL

Experimento contigo.
Mis palabras no son sino jaulas del deseo,
abiertas de par en par a la mirada inquisitiva de testigos.
Inmisericorde cartografía del vacío.
Veredas sin destino: caminos hurtados a los mapas,
ciudades despobladas, ínsulas extrañas.
Y el corazón que late en ellas es negro alumbramiento de cenizas,
idea equivocada del mundo y sus enigmas,
desolación sin nombre que sueña la quimera del sentido.

AND WE’LL LEAVE IT THERE

LA INTIMIDAD

Cultivo el arte inmemorial de los signos.
Continuidad de las disidencias: insumisión del argumento.
Edades del conflicto en sumas mensurables de veneno.
Razón arqueológica de mística salvaje.
Moradas de artificio: la vida entregada a la memoria.
Majestad de la providencia que cuida de mi textos,
amurallado encierro en un monasterio interior deshabitado.